ALTA SUCIEDAD

Compartimos nota de El Cohete a la Luna sobre las injusticias del "poder judicial", y la gestación de los presos políticos que aun tenemos en Argentina.

El 16 de enero 2021 entre 10 y 15.000 personas marcharon con barbijos y distancia por la Avenida 9 de Julio hasta la Plaza Lavalle, frente al edificio de la Corte Suprema de Justicia, donde depositaron sendas bolsas de residuos ante lo que llamaron el basurero de la democracia, cuando se cumplían cinco años de la detención arbitraria de la dirigente social Milagro Sala, creadora de la Organización Barrial Túpac Amaru. Al mismo tiempo, en Jujuy, el gobernador Gerardo Morales acudía a un aparatoso despliegue represivo para impedir que una movilización de la Túpac Amaru pudiera llegar a la plaza Belgrano, frente a la sede gubernativa.

* * La nota completa AQUÍ * *

 - - -

VIVA Y EN LUCHA

Nota sobre la situación de Milagro Sala

* * Tocar AQUÍ * *

La ‘Ndrangheta y su proyección en la Argentina - coincidencias y vínculos con el macrismo

La ‘Ndrangheta del Cono Sur

Sobre la mafia calabresa y la Argentina

El inicio del 2020 traía los ecos de fines de 2019, desde ese enorme 10 de diciembre. A partir de ese instante empezó un ciclo esperanzador para la vida popular argentina y latinoamericana, pronto quebrado (las ironías del destino) por el inicio de un nuevo ciclo inclemente para la Argentina, América Latina y el mundo. Entre 2015 y 2019 el campo popular luchó enérgicamente en contra de la experiencia gatomacrista. Lo hicimos en la calle estruendosa por lo dramático y también a través de la elaboración de una lengua popular-resistente que nombró lo que nos cruzaba las miradas, pero que no siempre entendíamos en su justa dimensión. En una presentación de campaña que compartimos con la Checha Merchán y Vertbitskyen un gremio combativo de la ciudad de Córdoba, éste dijo una frase mínima, al pasar, que como varias frases dichas fugazmente, sintetizaba Destello y Energía. “Y habrá que estudiar la semiosis y la forma de persignarse de Maurizio Macrì”, dijo mientras se ponía de pie a quitarse el saco y el auditorio aplaudía. Me quedó esa imagen. A principio del 2020 tuve que ir rajando a Calabria, se había muerto mi viejo, y pude volver a la Argentina porque la peste recién había llegado a Francia. Volví y escribí sobre los persignes de Macrì en los Tedeum de 2017 y 2018 desentrañando los códigos secretos de la ‘Ndrangheta. Esta nota es de febrero del 2020. Nos recuerda un momento oscuro de la vida en común, pero también que habíamos ganado. Hoy en la Argentina hay un macrismo sin Macrì, pero que igualmente atenta contra el vivir en común todos los días, desde Jujuy al Obelisco y más allá. El 2021 es otro año electoral. Y deberá de ser otro año, para un nuevo ciclo, de Luz y de Fuerza.

Con esta nota concluye la serie del académico calabrés Rocco Carbone sobre la ‘Ndrangheta y su proyección en la Argentina. Carbone revela el significado mafioso del gesto que Maurizio Macrì repite en lugar de persignarse y que todo el país comentó pero sin comprender qué implicaba.

Para ver la nota completa tocar aquí 

Compartimos para compartir: "LA LÓGICA DEL PODER Y EL ESTADO"

 Sólo el Estado puede poner en caja a la Santa Alianza de agroexportadores y bancos

Antonio Gramsci —que pasó diez años en la cárcel, la dejó el 21 de abril de 1937 y murió en el hospital seis días más tarde, de hemorragia cerebral, a los 46 años— sostenía que el poder ha sido y sigue siendo la fuerza principal que estructura el orden social.

Toda relación de poder necesita el consentimiento del dominado, que en alguna medida consciente acepta los valores y las posiciones del dominante (hegemonía).

De hecho, el proceso productivo se ejerce en los ámbitos de la sociedad bajo la tutela del Estado. La sociedad otorga a la propiedad privada y sus poseedores autoridad sobre la población y su vida cotidiana, “un poder que el Estado hace respetar y que muchos Estados tiránicos antiguos habrían envidiado”.

Pero para esto se debe definir dónde se sitúa el poder, en qué sector de la sociedad se concentran las decisiones fundamentales y ese es el centro de la discusión en este país que queda el sur de América. Fue planteado por la Vicepresidenta de la República en su discurso en la ciudad de La Plata el 17 de diciembre de 2020. O se crece para adentro y nos beneficiamos todos, o nos subordinamos a las demandas del exterior y con ello se excluye a dos tercios de la población.

En la Argentina actual es claro que hay un sector predominante que es el agro industrial exportador y los principales bancos privados, que han tejido una alianza entre ellos y les permite ganar fortunas, mientras la mayor parte del país sufre el descenso del nivel de actividad y de su vida.

Esa sociedad de banqueros y agroexportadores queda encubierta por una parafernalia de instrumentos como los medios de comunicación, la educación, la religión, que penetran en los valores de la sociedad toda, de las familias y de las personas, no permitiendo que cada uno desarrolle el innato sentido de pensar por sí mismo y en procura de mejorar su vida y la de los suyos. Juan Perón decía: “Nadie se puede realizar en una sociedad que no se realiza” y se refería al pueblo argentino, no a los que se integran al mundo desatendiéndose de la mayoría de la población, sirviéndose de la valorización de su capital.

Un camino trazado

En nuestro país desde la dictadura militar se armó toda la legislación con el fin de valorizar financieramente el capital, conformada por estas leyes:

  • 21.382 de inversiones extranjeras (que prácticamente le confiere al extranjero los mismos derechos que a los inversores nacionales);
  • 21.495 sobre desnacionalización y descentralización de los depósitos;
  • 21.526 que estableció el nuevo régimen legal de las entidades financieras [1];
  • 21.572 de creación de la cuenta Regulación Monetaria (de esa manera el BCRA remuneraba los depósitos en cuenta corriente a los bancos);
  • 21.364, 21.547 y 21.571, que modificaban la Carta Orgánica del BCRA, pero como no era suficiente, en el año 1992 Domingo Cavallo mediante la ley 24.144, profundizó la  apertura confiriéndole al BCRA el poder de comprar dólares al Tesoro de la Nación (divisas que el Estado nacional consigue esencialmente por endeudamiento) y, a su vez, que sean los bancos los únicos que le pueden comprar esos dólares al BCRA.

Públicamente se sostenía (y los bancos lo siguen sosteniendo, ahora solapadamente) que había que liberar el sistema para que por sí solo se expanda y asigne el ahorro de la población a los sectores más rentables, atribuyéndoles a los bancos esa capacidad que solo puede tener un Estado. El resultado no pudo haber sido peor, con un PIB (Producto Bruto Interno, la cantidad de bienes y servicios finales que produce el país) en 2020 similar en dólares constantes al de 1974 (y con veinte millones más de habitantes). En aquella época existían más de 800 entidades financieras distribuidas en todo el país, mayoritariamente cajas de crédito y sociedades cooperativas, el total del préstamos al sector privado sobre el PIB fue del 43,55% y, la Argentina era la nación más integrada del continente, donde menor diferencia había entre un pobre (y una familia pobre) y un rico (y su familia); la tasa de desocupación abierta era del 4% y la pobreza era del 6%. Uno de los pilares de esa redistribución progresiva del ingreso era que el crédito se volcaba esencialmente a la producción y al consumo popular.

En el año 2020 quedaron en pie 65 entidades financieras (solo 13 son públicas de la Nación o de las provincias, incluido el Banco Municipal de Rosario) y el crédito total al sector privado es solo el 11,15% del PIB (y principalmente destinado al consumo o asimilables al consumo, tarjeta de crédito y préstamos personales, no a la inversión en máquinas y equipos) y, el resultado no puede ser otro que la pobreza supere al 40% de la población alcanzando a más de veinte millones de personas, con el agravante de que el 60% de los niños de la Argentina son pobres.

Mientras el PIB argentino desciende  un 10,5%en el año 2020, los once primeros bancos privados [2] tuvieron tasas positivas de ganancia, que básicamente consiguen tomando depósitos del público y prestándoselo en LELIQs (letras de Liquidez) al BCRA. Los intereses que perciben los bancos por ello están en torno a los 70.000 millones de pesos por mes. Aunque se espera que, por la fuerte emisión monetaria de diciembre de 2020,  el BCRA tendrá que salir a absorber más pesos no bien comience el año 2021, por ende, el stock de pasivos remunerados (prestamos de los bancos al BCRA) crecerá y también sus intereses. Todo bajo la lógica pura de subir los intereses para que no suba el precio del dólar, como si no hubiera otras variantes fundamentales y más importantes que esa lógica financiera que solo genera ganancia a los sectores beneficiados y pobreza y exclusión a la mayoría de la sociedad.

El dinero y su ahorro provienen del circuito productivo argentino y no puede ser apropiado por los bancos privados y que sean ellos los que determinen en qué se emplea, que la más de las veces es para obtención de renta de muy corto plazo en lugar de apuntalar planes de inversión, por eso las LELIQs (que son letras de liquidez que coloca el BCRA en los bancos) son a siete días, los depósitos en su mayor parte se renuevan cada 30 días y la renovación de las líneas de crédito es cada seis meses.

Continuar con el concepto de banca universal de la ley 21.526 va en desmedro de constituir la necesaria banca de inversión que fondee planes de mediano y largo plazo. El sistema financiero debe tener un piso de crédito para pymes y se debe desalentar la compra y venta de dólares y de activos financieros como forma de aumentar ingresos. Y las LELIQs se deben emplear para constituir un activo consolidado de un año y prestar desde allí a la producción y a obras de infraestructura tanto pública como privada.

Por otra parte, las relaciones de nuestro país con el exterior nos demuestran que no hay un problema de restricción externa clásico, esto es, no necesitamos que crezcan las exportaciones para que la economía lo haga en forma sostenida y compatible con la balanza comercial. De hecho desde el año 2003 hasta los últimos datos oficiales a octubre de 2020 se acumuló un superávit comercial total (las exportaciones superaron a las importaciones) en 156.355 millones de dólares, que es una suma significativa en cualquier lugar del mundo.

El problema real es que la legislación financiera y cambiaria heredada de la dictadura de Videla, del menemismo y del macrismo [3], permitió que las empresas pagaran supuestas deudas externas e importaran en forma anticipada mercaderías comprándole dólares al BCRA al precio oficial [4]; más el hecho de que los exportadores y los bancos tardan en ingresar las divisas de las operaciones, demostrando que hasta octubre de 2020 en el MULC (Mercado Único Libre de Cambio), habían ingresado 5.049 millones de dólares menos que lo registrado por las Aduanas y el INDEC en la Balanza de Pagos. El INDEC contabiliza exportaciones por 46.556 millones de dólares pero el MULC percibe solamente 41.507 millones.

Existe doble contabilidad y triangulaciones en el comercio exterior,  los exportadores subfacturan sus ventas y los importadores sobrefacturan sus compras (precio de transferencia pagan más por los insumos que traen de sus casa matrices y siempre hacen depender su producción de esos insumos) y los que lo instrumentan son los bancos, mediante las cartas de crédito o las letras de cambio

El mismo BCRA en mayo de 2020 presentó un trabajo donde demuestra que en los cuatro años de gestión de Cambiemos se fugaron 86.200 millones de dólares y que los cien primeros compradores lo hicieron por 24.679 millones de dólares. Nunca se comunicó quiénes eran, pero es fácil deducir que son los mismos que no quieren pagar el aporte solidario a una Administración Pública que enfrentó la pandemia sola de soledad absoluta, gracias al heroísmo de los médicos y paramédicos de los distintos hospitales y programas de salud, muchos de los cuales pagaron con su vida. Un porcentaje importante se infectó con el Covid y todos trabajaron horas y horas poniendo en riesgo incluso a su familia en cumplimiento del deber y cobrando sueldos miserables.

Por eso en una parte de su discurso en el Estadio Diego A. Maradona de La Plata, el 17 de diciembre de 2020, Cristina Fernández de Kirchner sostuvo: “No estoy diciendo nada que no se pueda hacer, doce años y medio lo hicimos en la República Argentina, y por eso, además de por la unidad, volvimos. No nos olvidemos de esto, porque si uno no sabe cómo llegó es probable que no sepa tampoco cómo ir”.

Y esa es la verdad, se llega al gobierno para la “felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación” y no para que se beneficie una minoría rentística que no genera trabajo y pretende ajustar costos vía reducción de salarios.  El camino debe ser exactamente el inverso: propiciar el crédito, los subsidios y todo mecanismo de apalancamiento para fortalecer el mercado interno, base del crecimiento sostenido como lo demostró el kirchnerismo y todos los gobiernos nacionales y populares que así lo hicieron.

Solo dos caminos: o se subordina al complejo agro-industrial y grandes bancos, o se defiende el mercado interno y con ello el empleo y la producción argentina.

[1] La ley 21.526 le concedió a  los bancos comerciales realizar “todo aquello que esta ley no prohíbe”, dándole ventajas exclusivas, siendo los únicos habilitados para captar depósitos en cuenta corriente, que no paga interés.
[2] Bancos Galicia, Macro, Credicoop, Santander-Río, BBVA, HSBC, ICBC, Citi, Patagonia, BNP Paribas y Supervielle.
[3] Macri anuló la Emergencia Cambiaria, que obligaba a exteriorizar la compra de divisas al BCRA mediante acuerdo firmado por la máxima autoridad de Comercio Exterior del país, de Aduana y del BCRA (Decreto 2581/1964)  y la redujo solo al BCRA.
[4] Que se hubiera evitado derogando el Decreto 893/2017 que a su vez había anulado la Emergencia Cambiaria del Decreto 2581/1964 vigente durante 53 años.

Compartimos para compartir: "Son 120 años de oligarquía, estúpido"

 

Son 120 años de oligarquía, estúpido

Financial Times señala la concentración de tierras en pocas manos como gran problema argentino

 

El Financial Times llegó a la conclusión de que “el problema de Argentina no fueron los ‘70 años de peronismo» sino los «120 años de oligarquía». La frase es de Alan Beattie, ex economista del Bank of England y hoy editorialista del prestigioso periódico inglés.

En su libro Falsa economía: una sorprendente historia económica del mundo, Beattie se pregunta por qué Argentina no fue Estados Unidos y su respuesta es simple: mientras Estados Unidos repartió la tierra en parcelas pequeñas, Argentina se la dio a unas pocas familias.

“Estados Unidos favoreció a colonos usurpadores, Argentina a terratenientes”. El resultado inmediato fue que mientras en Estados Unidos la poca tierra obligaba a innovación para optimizar y mejorar ganancias, al latifundio argentino le alcanzaba con vacas, ovejas y alambre de púa.

“Las economías rara vez se hacen ricas solo con agricultura, Gran Bretaña había mostrado el camino: industrialización”. Pero las élites argentinas rechazaron la industrialización, para seguir mamando de la teta de la explotación agropecuaria latifundista.

“Entre 1880 y 1914 el sistema político norteamericano se adecuó dinámicamente a los cambios y las demandas de su población. El sistema argentino permaneció obstinadamente dominado por una minoría autocomplaciente”, destacó.

Dice Beattie que Estados Unidos hubiese sido como Argentina si el Sur racista confederado hubiese ganado la Guerra Civil. Al final de la Primera Guerra, las exportaciones de granos y carne cayeron. Al final de los 1920s las exportaciones ya eran 2/3 menos. Estados Unidos ya había comenzado un proceso de recambio económico. Las elites argentinas la rechazaron.

Estados Unidos había comenzado su recambio económico con industrialización, y al final de la Primera Guerra invirtió ahorros propios en quedarse con industria europea (sin recursos después de la guerra) y se posicionó como potencia mundial. La Argentina oligárquica desapareció del mundo.

Además de haber invertido sus primeros años de bonanza en un recambio industrial y usar esos recursos para adueñarse de la industria del mundo destruida por la guerra, Estados Unidos ya era una economía de escala. Argentina no fue nada de eso. Lo dice un economista liberal del Financial Times, nada cerca del “populismo”, todo lo contrario.

 

Encuentro virtual con Cristina Fernández - 14 de julio de 2025

  El 14 de julio de 2025 participamos de un encuentro virtual Zoom con otros 900 jubiladas y jubilados de todo el país, para cumpl...