El inicio del 2020 traía los ecos de fines de 2019, desde ese enorme 10 de diciembre. A partir de ese instante empezó un ciclo esperanzador para la vida popular argentina y latinoamericana, pronto quebrado (las ironías del destino) por el inicio de un nuevo ciclo inclemente para la Argentina, América Latina y el mundo. Entre 2015 y 2019 el campo popular luchó enérgicamente en contra de la experiencia gatomacrista. Lo hicimos en la calle estruendosa por lo dramático y también a través de la elaboración de una lengua popular-resistente que nombró lo que nos cruzaba las miradas, pero que no siempre entendíamos en su justa dimensión. En una presentación de campaña que compartimos con la Checha Merchán y Vertbitskyen un gremio combativo de la ciudad de Córdoba, éste dijo una frase mínima, al pasar, que como varias frases dichas fugazmente, sintetizaba Destello y Energía. “Y habrá que estudiar la semiosis y la forma de persignarse de Maurizio Macrì”, dijo mientras se ponía de pie a quitarse el saco y el auditorio aplaudía. Me quedó esa imagen. A principio del 2020 tuve que ir rajando a Calabria, se había muerto mi viejo, y pude volver a la Argentina porque la peste recién había llegado a Francia. Volví y escribí sobre los persignes de Macrì en los Tedeum de 2017 y 2018 desentrañando los códigos secretos de la ‘Ndrangheta. Esta nota es de febrero del 2020. Nos recuerda un momento oscuro de la vida en común, pero también que habíamos ganado. Hoy en la Argentina hay un macrismo sin Macrì, pero que igualmente atenta contra el vivir en común todos los días, desde Jujuy al Obelisco y más allá. El 2021 es otro año electoral. Y deberá de ser otro año, para un nuevo ciclo, de Luz y de Fuerza.
Con esta nota concluye la serie del académico calabrés Rocco Carbone sobre la ‘Ndrangheta y su proyección en la Argentina. Carbone revela el significado mafioso del gesto que Maurizio Macrì repite en lugar de persignarse y que todo el país comentó pero sin comprender qué implicaba.
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